Desde mi ventana
Cuando servimos a las personas de una manera genuina, le regalamos apoyo, ayuda, consuelo y aliviamos su dolor.
Cuando apreciamos en las personas su belleza y bondad interior creamos mas belleza y bondad a nuestro alrededor.
El día que seas feliz sin razón alguna, el día en que goces con todo y con nada, ese día, sabrás que has descubierto ese país de la alegría interminable, le puedes llamar Amor o Dios, o como quieras llamarle.
Para ello necesitas acceder a lo mas profundo te ti misma/o sin apoyarte en , nada ni en nadie, arrebatando a todos y a todo para siempre, el poder de estremecerte,de emocionarte o de darte una sensación de seguridad o bienestar .
Contrariamente a lo que tú cultura y tú religión te ha enseñado, nada, absolutamente nada, puede hacerte feliz .
En el momento en que consigas ver con total claridad esta verdad , dejaras de ir de una ocupación a otra, de un amigo a otro, de una droga a otra, de una relación a otra, etc……. Ninguna de esas cosas puede ofrecerte ni un solo momento de felicidad, lo mas que puede ofrecerte es un estremecimiento pasajero, un placer que al principio crece en intensidad pero que se convierte automáticamente en dolor en cuanto lo pierde y en hastío si se prolonga indefinidamente.