Para ser libre tengo que comprender el contenido de mi conciencia.

Uno de los sentimientos que me impide, y creo que nos impiden en general a todas las personas en avanzar y crecer, es el sentimiento de culpabilidad.

El sentimiento de culpabilidad se ha utilizado y se sigue utilizando como una vía de manipulación para controlarnos, como personas y como sociedad.

También se ha utilizado la culpabilidad como una vía de condicionamiento y programación como :

“un sistema de creencias basado en el miedo y en el castigo.

Y el deseo/ necesidad de ser aceptados y respetados por los demás.”

Cuándo tomo conciencia de mi culpabilidad, la observo y aprendo de su dinámica, se convierte en maestra de aprendizaje y de cambio para mi.

La culpabilidad cuando la utilizo para aprender y cambiar se transforma en un sentimiento noble, en un sentimiento de valor y me da la motivación necesaria para poder emprender una acción adecuada de cambio, sin castigo, sin sufrimiento, con responsabilidad.

Cuándo utilizo la culpabilidad para aprender y cambiar, es de vital importancia dejar de repetir el error o la acción inadecuada.

¿Porque ?

Si repito un error, la repetición de este patrón incrementa mi estado de inquietud mental y en este estado, pierdo o disminuye la capacidad de estar alerta. No puedo ver con claridad mi error.Si no veo con claridad mi error no puedo emprender una acción adecuada para cambiar.

Un error no es algo malo. Es algo que hacemos inconscientemente, por ignorancia, por habito, etc.. Todos cometemos errores y todos podemos aprender de ellos.

Hacer consciente nuestra parte inconsciente es un acto de responsabilidad y un acto de amor. Para mi significa querer ver la verdad.

Aprender de los errores. Reconocer los errores nos hace humanos y nos aleja del perfeccionismo y el narcisismo.

Reconocer los errores y querer liberarse de ellos nos aleja de la mentira y del egoísmo.

Reconocer los errores y querer soltarlos nos conecta con la humildad y la generosidad.

Cuando somos humildes y generosos podemos amar a los demás.

El amor nos libera de la culpabilidad porque nos recuerda que podemos mejorar, siempre .