UNA IDEA

Hacerse cargo de uno mismo es una tarea sumamente responsable porque  implica relacionarse con una pregunta existencial:

  ¿Quien soy?

Vivimos entre: mente, cuerpo y espíritu.

Vivimos en un mundo complejo y problemático. Gran parte de los problemas existenciales que tenemos, son provocados, creo, por la manera que tenemos de experimentarnos a nosotros y al mundo.

" Hemos aprendido a resolver gran parte de nuestros problemas existenciales a nivel intelectual". 

Desde mi perspectiva,  hacer esto es erróneo, inadecuado y limitante. Una de las primeras cosas que debo aprender a la hora de responsabilizarme y hacerme cargo de mi, es la idea de  que el intelecto está diseñado para  vivir en un mundo que está concebido de manera dual. Si embargo,  para comprender nuestro mundo interior es un instrumento inadecuado e incluso  un estorbo.

Nuestra verdadera esencia no se puede conocer a través del intelecto. 

El intelecto recibe datos, impresiones y los manipula tal y como hace un ordenador.

El pensamiento es solo un instrumento, no tenemos que eliminarlo, solo tenemos que dejar de identificarnos con el . No somos nuestros pensamientos aunquesomos los hacedoresy responsables de ellos.

Desapegarnos de los pensamiento y tomar distancia para….”darnos cuenta”..de que el pensamiento no es nuestro Ser. Es solo un instrumento que utilizo para las cosas practicas.

El pensamiento es un recurso que podemos aprender a usar de forma adecuada o destructiva.

¿Como te relacionas con tus pensamientos?

El intelecto nos sirve para sobrevivir y la Inteligencia para vivir.

La Inteligencia es la capacidad para percibir lo que es , lo esencial.

Educación es el proceso de despertar esta capacidad en los demás y en nosotros.

La esencia de lo que somos no se puede conocer más que a través de la experiencia directa .

El lenguaje es a menudo una barrera para conocer esta experiencia.

El lenguaje es simbólico. El lenguaje es el pensamiento mediante símbolos y los símbolos siempre son menos que la realidad que la representa.  Por eso el lenguaje restringe la conciencia y pone límites a la comprensión. Es necesario ir mas allá de las palabras y los símbolos para llegar a tener una visión directa de la realidad, en la que las preocupaciones no sean filtradas por la pantalla lingüística que hay en la mente.